Es bastante común que guardemos algunos productos de maquillaje durante un largo periodo de años, como meses o incluso años. Pero, ¿sabemos si de verdad esto es perjudicial o no para la salud de nuestra piel? Los productos de maquillaje, al igual que otros productos de cosmética o cremas dermatológicas, están fabricados para un determinado tiempo de acción, es decir, no son para toda la vida, al contrario que muchas personas aún siguen creyendo.
Es cierto que, en determinadas ocasiones, esto se debe a un factor ahorrativo, si vemos que en el envase de un producto aún queda bastante, y que, además, a simple vista lo vemos en buen estado, pensamos que es una buena idea guardarlo y seguir utilizándolo. Pero esto no se trata de nada más y nada menos que de un gran error.
Teniendo en cuenta que muchas veces queremos alargar la vida de nuestras cremas o de nuestros cosméticos, nos las arreglamos para encontrar trucos o soluciones pasajeras para exprimir hasta la última gota con medios caseros, como mezclarlos con agua o con aceites.
Pero, ¿debemos respetar el periodo de vida útil de estos productos en su totalidad? Existen dos términos a tener en cuenta que son muy importantes si queremos mantener nuestra piel totalmente protegida si solemos utilizar cosméticos. Por un lado, está la fecha de expedición, y por otro, el PAO.

PAO: fecha de caducidad
El símbolo PAO se encuentra en todos los envases cosméticos que estén regulados dentro del mercado. Viene de sus siglas en inglés ‘Period After Opening’ (periodo después de apertura), y viene a significar el número de meses que se puede seguir utilizando dicho producto tras su apertura, es decir, su periodo de ‘vida’.
El PAO viene representado con una cifra y una ‘M’ dentro de un tarro, por ejemplo, si en el envase pone ‘7M’, significa que el producto puede utilizarse 7 meses desde que se abre su envase.
Este dato es importante saberlo por lo que hemos comentado anteriormente, en muy común obviar la fecha de caducidad de los productos y presuponer que podemos utilizarlos si no vemos que están en mal estado. La Unión Europea exige que se indique el número PAO en los envases de cualquier producto dermatológico o cosmético para que los consumidores sepan con seguridad durante cuánto tiempo pueden utilizar el producto desde que lo abren y comienzan a utilizar.
Un buen truco que utilizan muchos maquilladores y profesionales del mundo de la cosmética, es anotar la fecha en la que abren los productos y comienzan a utilizarlos, de este modo saben con exactitud si están respetando el PAO de los productos y que no corren ningún tipo de riesgo.
En cuanto al periodo PAO, dependerá de cada producto, no es lo mismo una toallita de celulosa de usar y tirar que un aceite limpiador. Aunque en cada envase se debe especificar la cifra PAO, es recomendable saber el periodo orientativo para cada tipo de producto:
Mascarillas de celulosa y muestra monodosis | De usar y tirar |
Productos en contacto directo con los ojos | De 1 a 6 meses |
Productos para contorno de ojos o para menores de 3 años | De 6 a 12 meses |
Productos de protección solar | 12 meses |
Hidratantes faciales y corporales | De 12 a 18 meses |
Aceites | De 1 a 6 meses |
Limpiadores acuosos y tónicos | De 12 a 18 meses |
Barra de labios | De 12 a 36 meses |
Fecha de fabricación
La fecha de fabricación de los productos de cosmética es un dato importante a tener en cuenta. Si bien es cierto, que en determinadas ocasiones es muy difícil averiguar la fecha de fabricación de ciertos productos. Cada marca utiliza sus propios códigos para mostrar en qué fecha exacta se han fabricado sus productos. La fecha de fabricación de los productos cosméticos nos puede orientar si estamos dudando en utilizar una crema o un cosmético que tiene un aspecto dudoso. Ante este tipo de situaciones, es importante investigar las características y especificaciones de cada marca, ya que incluso el propio país de procedencia es un factor importante.
En la imagen de encabezado de este artículo te mostramos cómo se debe mostrar este tipo de fechas. Han de aparecer de manera clara y concisa en el envase del producto, tanto la fecha PAO como la fecha de fabricación. Ha de ser visible, como ejemplo lo puedes comprobar en nuestra fotografía, prácticamente como está el etiquetado del producto AVON.
Una gran recomendación que te dará cualquier experto en el mundo de la cosmética es respetar tanto la fecha de fabricación como el PAO de un producto. Aunque la mayoría de consumidores y consumidoras piensen que no pasa nada por no respetar estas recomendaciones, se equivocan. La piel es el órgano más grande y más expuesto del cuerpo, por lo tanto, es más sensible de lo que pensamos. Es muy importante cuidarla con productos de calidad y respetando las indicaciones de éstos para no maltratarla, recordemos que además de los rayos solares, la condición genética de cada persona y demás elementos externos, los productos que aplicamos en ella son también un factor clave en la salud de ella.
Personalmente, recomendamos que se sigan todas las indicaciones de los fabricantes de los productos. Como consejo, se recomienda no utilizar productos que excedan una antigüedad de 3 años si aún no han sido abiertos por el precinto.