En AVON sabemos lo importante que es para ti tener un bronceado perfecto. Pero para tener un bronceado bonito y sin consecuencias para la piel a largo plazo es crucial que sigas nuestros consejos. Sigue leyendo para saber cómo puedes evitar el envejecimiento prematuro de la piel que tan fácilmente puede causar el sol en verano.
¿Qué es el SPF y por qué es importante?
El SPF es el factor de protección solar, un indicador de las cremas que hace referencia al grado de protección que ofrecen frente a las radiaciones ultravioleta. Se trata de un multiplicador teórico del tiempo que tu piel puede estar expuesta al sol sin quemarse. Ejemplo si eres de piel blanca y tu piel se enrojece a los diez minutos, con un SPF50 multiplicaría por 50 esos 10 minutos. Es decir, en “teoría” podrías estar al aire libre 500 minutos sin quemarte.
Tu piel estará más protegida en tiempo cuanto más alto sea alto el número de SPF del producto. Cuanto menor sea este SPF tendrás que reaplicar tu protector solar con mayor frecuencia.
La importancia del factor de protección solar radica en su capacidad de actuar como escudo protector frente a los rayos UVA y UVB, la luz visible y los infrarrojos. La exposición prologada al sol y a la radiación UV puede ser muy perjudicial para la piel.
Hagamos una cosa para que veas como afecta el sol a tu piel… Echa un vistazo a tu brazo. Mira la parte que siempre esta expuesta al sol y ahora mira la cara interna del brazo. ¿Ves qué diferencia? Eso es la huella del envejecimiento por exposición solar…
Los rayos UVA son los responsables de que nuestra piel envejezca y los rayos UVB son los que hacen que nuestra piel se enrojezca. Ambos dañan la piel y por eso debemos de proteger nuestra piel.
En los casos menos extremos, la piel se verá afectada por un envejecimiento prematuro, en cuyo caso pueden aparecer manchas y arrugas, especialmente en zonas como el escote, las manos o la cara. En los casos más graves, el deterioro del sistema inmunológico causado por los rayos UV así como las quemaduras frecuentes pueden propiciar la aparición de un cáncer de piel.
Para evitar estos efectos adversos del sol, es esencial que uses protección solar todo el año, aplicándola cada 2 horas, incluso cuando está nublado, ya que las nubes no filtran la radiación. Tendrás que reaplicar con frecuencia tu protector solar que se ira perdiendo por el roce de la ropa, sudor, baños…
Los niños siempre deberían utilizar una protección muy alta, con un SPF superior a 50. Esto se debe a que están en su fase de desarrollo, por lo que tienen la piel aún demasiado débil para resistir la radiación del sol. Para evitar problemas en el futuro, su piel siempre debería ir totalmente protegida con una crema de la máxima protección y evitar el sol en las horas centrales del día.
En cuanto a los adultos, el SPF elegido dependerá de las preferencias individuales en función del tono de la piel. Cuanto más claro más rápido tenderán a quemarse por lo que deben de escoger un factor de protección más alto y así estar más cubiertos en cuanto a tiempo.
Las pieles que más protección necesitan son las pieles muy claras y con pecas. Cuanto más blanca seas, más probable es que necesites una crema con SPF de más de 50 para evitar quemarte rápidamente, desarrollar manchas o aumentar la cantidad y el tamaño de las pecas.
En el caso de las pieles claras sin pecas, la protección adecuada sería a partir de un SPF 30, si bien también es recomendable evitar exponerse al sol en horas de mayor sol, es decir, entre las 12:00 y las 16:00.
Las pieles morenas pueden utilizar una protección solar con SPF 15, si bien también se recomienda evitar aumentar el SPF en las horas centrales del día. Estas pieles tienen tendencia a no quemarse; sin embargo, es más fácil que aparezca el envejecimiento prematuro en este tipo de pieles como consecuencia de la exposición al sol, por lo que si tienes una piel bronceada es esencial que lleves protección solar aunque creas que no la necesitas.
¿Cómo preparo mi piel para el verano?
Desde AVON te enseñamos los cuatro pasos principales que debes añadir a tu rutina de belleza para preparar la piel para el verano. A fin de que tu piel esté totalmente lista, deberías hacer esto al menos una vez por semana, aunque en AVON te recomendamos hacerlo después de cada ducha.
- Exfolia tu piel: Lo primero que debes hacer es renovar tu piel con una buena exfoliación. Para el cuerpo puedes optar por un exfoliante natural de granos medios que te ayude a eliminar las pieles muertas y las impurezas o bien por un exfoliante que sea menos agresivo con tu piel.
- Hidrata tu piel: Una crema enriquecida con aceites naturales es vital para preparar tu piel para el verano, que es cuando más deshidratación sufre debido al cloro, al sol y al resto de agresiones externas. Cuando se acerca el verano, lo mejor es utilizar una crema ligera a base de agua.
- Protege tu piel: Ya has visto lo importante que es proteger tu piel con un factor de protección solar que se adapte a tus necesidades. Debes aplicarla media hora antes de exponerte al sol y volver a aplicarla cada 2 horas para maximizar la protección. Y no te olvides de que incluso cuando hay nubes hay radiación, así que échate crema solar todos los días.
- Nutre tu piel desde dentro: La alimentación sana y equilibrada es esencial para preparar tu piel para el verano. Bebe mucha agua y toma frutas y verduras que sean ricas en betacarotenos, como zanahoria, albaricoque, melón, melocotón, calabaza, espinacas o brócoli. ¡Este tipo de alimentos potenciarán tu bronceado!
¿Quieres lucir un bronceado de película? En AVON te proporcionamos todo lo que necesitas para preparar tu piel para el verano. Echa un vistazo a nuestros exfoliantes, sérums, cremas hidratantes, cremas de protección solar… En AVON te ofrecemos productos de la mejor calidad para que tu piel siempre luzca sana, bonita y joven. ¿A qué esperas para comprobarlo?
